CeAC
Centro de Asistencia a la Comunidad. Esmeralda 2363 / Rosario. Tel:0341-4808582. Contacto:ceac.rosario@gmail.com
5/10/2012
4/18/2012
3/25/2012
10/23/2011
Historia de la “locura objetiva”- Pagina 12
En este articulo aparece la lucha por encuadrar los sufrimientos y particularidades de cada uno dentro de "cuadros" que permitan clasificar al ser humano. Llamense, esquizofrenia, histeria, melancolia, perversión, deficit de atención, etc... los profesionales toleran mal las cuestiones que no encajan en su modelo de lo que es "normal".
De ahí a tratar de controlarlo, adptarlos, "hacerles tomar conciencia", nivelarlos, etc hay solo un paso: el enorme paso entre acompañar los caminos que cada uno tiene que hacer para vivir su vida y tratar de hacer que alguiien "encaje" en lo que se espera de el.
En todos estos esfuerzos "terapeuticos" (sean psiquiatricos o psicologicos) lo que no se respeta es el papel de cada cultura (familiar o mas amplia) en empujar o facilitar la expulsion de los "extraños"
Hay alternativas?
claro que las hay!!! solo que los grupos profesionales dominantes solo "venden" lo que tienen en sus mostradores...
(opinion del editor)
Historia de la “locura objetiva”- Pagina 12
Por Marcelo Rodríguez
En
enero de 1973 vio la luz en Science el informe del “Experimento
Rosenham”, en el que se contaba cómo 5 hombres y 3 mujeres se
presentaron por separado en las admisiones de diversos hospitales
psiquiátricos estadounidenses, manifestando sufrir alucinaciones
auditivas. Al ingresar se registraba el cese de los síntomas, no
obstante lo cual eran medicados y quedaban internados, en promedio, por
cinco semanas.
Hoy, en la era de la “cámara oculta”, el final es previsible: los
ocho habían sido entrenados para fingir los síntomas, pasar por locos,
retener medicamentos en la boca sin tragarlos y escupirlos cuando nadie
los viera.
La conclusión parecía contundente: los especialistas en tratar con
la locura aparecían como incapaces de distinguir entre los que son y los
que se hacen. Con ello el psicólogo David Rosenham, mentor del
experimento, demostraba lo deshumanizante y estigmatizador que puede ser
el sello del diagnóstico psiquiátrico y, por otra parte, la
imposibilidad de distinguir objetivamente entre síntomas reales y
fingidos.
Hubo una segunda fase del experimento: Rosenham acordó enviar más
“falsos alienados”, y al tiempo los hospitales detectaron 41. Pero el
pícaro Rosenham dijo no haber mandado a ninguno en ese lapso: los
“falsos positivos” fueron el cachetazo en la otra mejilla de la
psiquiatría.
Fiebre, hemorragias, contusiones, erupción, inflamación, trastornos
de las funciones vitales, alteraciones del pulso y tantos otros posibles
síntomas de enfermedad tienen una manifestación física, pero las
manifestaciones físicas objetivas de la enfermedad mental sólo se dan en
la conducta, o en el lenguaje. Aunque resulta obvio que a ese cuerpo
algo le sucede, el síntoma en general no se da dentro de él sino en la
vida social. Ni siquiera “ambiental”, como se acostumbra en biología:
social, porque no siempre se ve alterada una función biológica, pero
siempre hay una conducta valorada negativamente.
Luego están el padecimiento y el dolor, otro de los fenómenos que se
han mantenido prácticamente inexpugnables ante esa “objetividad” que
una medicina basada en la tradición de la anatomía patológica parece
exigirles. A pesar de que con una resonancia magnética funcional
–tecnología de costo muy elevado, aún no disponible por esta parte del
mundo– ya se han elaborado mapas de las áreas cerebrales que se activan
ante diferentes tipos de dolor, la única manera de percibirlo es
padecerlo. Y el médico, para tratarlo, no tiene más remedio que decidir
si cree o no cree en lo que su paciente expresa.
El que sin duda no se quedó penando en la bipolaridad entre un
psicosociologismo negador del cuerpo y un biologicismo reduccionista fue
el médico estadounidense William Horsley Gantt (1892-1980). La apuesta
de Gantt por el costado biológico del asunto era tan decidida que, aun
teniendo muy clara su vocación por la psiquiatría, cuando se recibió de
médico en la Universidad de Virginia en 1920 dedicó sus primeros años a
la investigación de ciertos trastornos de la digestión: era su forma de
expresar cuánto le interesaba el psicoanálisis, que por entonces
prosperaba.
Lo de Gantt era la experimentación en laboratorio, y entre la década
del ’30 y del ’40 fue madurando uno de sus principales proyectos: un
test con el que prometía diferenciar a las personas según su
vulnerabilidad psíquica, basado en las técnicas de reflejos
condicionados iniciada por Ivan Pavlov (1849-1936), a quien conoció
personalmente en Rusia en 1922.
LA PRUEBA
Para efectuar el test de Gantt, el psiquiatra y el paciente se
sentaban frente a frente ante una mesa. El paciente tenía ante sí, junto
a su mano izquierda, una placa metálica conectada a electrodos capaces
de imprimirle una descarga no tan fuerte que pudiera hacerle daño o
disuadirlo de participar, pero sí lo bastante intensa como para que no
pasase desapercibida e hiciera que la persona retirase inmediatamente la
mano al sentirla.
A su diestra había una perita de goma que permitía inhibir la descarga al ser apretada.
Una luz roja que se encendía durante cinco segundos anunciaba que se
produciría una descarga eléctrica en la placa donde el paciente tenía
apoyada la mano izquierda. Bastaba con presionar la perita para que la
descarga no se produjese. Completaba el panorama una luz blanca, luego
de la cual el paciente sabía que no habría descarga.
Luego de un tiempo estimado, con ayuda del psiquiatra evaluador, el
paciente incorporaba, frente a la luz roja (estímulo condicional), una
respuesta condicional primitiva (sacar la mano de la placa) y luego una
respuesta condicional integrada (apretar la perita para evitar la
descarga). Este movimiento intencional, según Gantt, involucraba usar la
corteza, la parte más evolucionada del cerebro.
Gantt sostenía que, en teoría, cuando la persona incorporaba la
respuesta integrada (apretar la perita), la respuesta primitiva (retirar
la mano) desaparecía. Y que las diferentes dificultades o
imposibilidades para incorporar las acciones correctas ante este esquema
“estímulo-respuesta” se correspondían con determinadas condiciones
psiquiátricas del paciente bajo estudio.
Por ejemplo, en los pacientes afectados por algunas condiciones
orgánicas (senilidad, tumores cerebrales) desaparecía toda capacidad de
respuesta condicionada ante el “aviso” dado por la luz roja. En las
personas con diagnóstico de psicosis (a la que Gantt clasificaba como de
carácter orgánico) lo que mermaba era la capacidad para las respuestas
condicionales integradas (actuar para impedir la descarga). Las
dificultades para que desaparecieran las respuestas primitivas, dando
lugar a las integradas, daban cuenta de algún grado de trastorno más
leve.
Con esta prueba, más una entrevista final para corroborar qué grado
de comprensión de lo sucedido tenía el paciente, Gantt aseguraba obtener
un perfil psicopatológico “objetivo” de cada paciente. Cuando añadió a
esta prueba el registro de la actividad muscular y de la respiración,
comprobó además que en los trastornos de origen histérico (como aquellas
parálisis típicas que los psiquiatras de la era victoriana vincularon
con la represión sexual) existía el impulso propio del reflejo
condicionado, pero el movimiento era inmediatamente reprimido.
En el artículo que publicaron en la edición española de Mind &
Brain, los españoles Gabriel Ruiz y Natividad Sánchez, dos historiadores
de la psicología del Departamento de Psicología Experimental de la
Universidad de Sevilla, se cuenta que, entre 1931 y 1948, Gantt efectuó
esta prueba en 606 pacientes en la Clínica Psiquiátrica Henry Phipps, de
la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore.
En principio se proponía que fuera para pacientes con daño orgánico, tal
como se presuponía que pasaba en las psicosis y en las esquizofrenias;
pero también en algunas personas catalogadas dentro de lo “normal” que
pasaron por ella.
Fue así como, hilando fino, Gantt logró establecer que incluso entre
los “sanos” existían ciertas diferencias en las respuestas
condicionales, lo que le permitió identificar tres tipos básicos de
personalidad: el “infantil”, en el cual predominan las respuestas de
tipo primario; el “artístico”, con respuestas irregulares y cambiantes
según su estado de ánimo; y el “científico”, con respuestas
condicionales más regulares, sistemáticas y conscientes.
LOS PERROS PRIMERO
Gantt se había inspirado en los experimentos que Natalia
Shenger-Krestovnikova, colaboradora de Ivan Pavlov, realizara en Rusia
en 1914 sobre la neurosis inducida en perros. Basada en un esquema de
recompensa–castigo, la rusa había entrenado a un grupo de canes para
responder positivamente al ver un círculo y negativamente ante una
elipse.
Una vez que los animales incorporaron las respuestas condicionadas,
se les empezó a mostrar círculos cada vez más chatos, o elipses más
redondeadas. Cuando los animales ya no podían discriminar si estaban
viendo un círculo o una elipse, su conducta se alteraba al extremo de
que algunos se revolcaban por el suelo, mordían los instrumentos del
laboratorio o ladraban desesperadamente, en lo que los investigadores
denominaron “condición neurasténica”, y Pavlov llamó “neurosis
experimental”.
Gantt, que viajó por primera vez a Rusia en 1922 en una misión
humanitaria organizada por la American Relief Association, conoció
personalmente a Pavlov en San Petersburgo y se deslumbró con esta línea
de investigación. De regreso en su país, replicó la técnica y vio que
algunos de los animales bajo prueba modificaban mucho más drásticamente
que otros sus patrones de conducta cuando entraban en estados de
“neurosis experimental” inducida e incluso, con el tiempo, estas
conductas alteradas (de excitación, depresión o inestabilidad) se
presentaban ante cualquier otra situación problemática que el animal
tuviera que enfrentar. Y se cronificaban, es decir: se volvían una
característica propia que el individuo asumía ante condiciones
ambientales desfavorables.
La conclusión de Gantt fue que a la conducta normal y a la conducta
alterada les correspondían formas diferentes de funcionamiento del
organismo, y que había cierta condición orgánica constitutiva propia de
algunos individuos que los hacía especialmente más vulnerables que otros
a los trastornos mentales. Estaba convencido de que esta condición de
“vulnerabilidad” podía ser identificada mediante reflejos condicionados,
y así fue como se puso a trabajar en su test para aplicarlo a los seres
humanos.
LA SELECCION NO NATURAL
Desde antes de que surgiera el moderno concepto de salud mental, con
el colapso de los servicios de atención psiquiátrica tras la Segunda
Guerra, William H. Gantt propugnó su idea de psicopatoprofilaxis o
prevención de los trastornos mentales. Según ella, los tests de reflejos
condicionados más otros estudios complementarios servirían para
identificar desde la infancia a los individuos “psíquicamente
vulnerables” antes de que desarrollasen una patología, para poder
apartarlos de un medio social estresante que pudiera acentuar sus
predisposiciones psicopatológicas. Con una educación diferenciada y una
inserción social asistida que los preservase de las situaciones “de
riesgo”, más los avances psicofarmacológicos que ya empezaban a
florecer, la enfermedad mental se podría prevenir.
En el final del mencionado artículo, Sánchez y Ruiz hacen una
valoración claramente positiva de esta idea de “prevención”, y lamentan
que el proyecto psicopatoprofiláctico basado en el test de Gantt no haya
prosperado por la resistencia de intereses creados, por toda una
pujante industria de tratamientos en la que incluyen desde el
psicoanálisis hasta los psicofármacos.
Tal vez Gantt se haya inspirado en el “sueño soviético” durante sus
años de trabajo con Pavlov en Rusia: seleccionar a las personas para
darles una educación diferenciada según su capacidad. O tal vez fuera el
precursor de un sueño posmoderno, en el que una suerte de
“discriminación positiva” viene a resolver la profunda inequidad
estructural del capitalismo. Pero en el mundo real, donde la locura
funciona como un sello (que a quienes disponen de recursos para
camuflarse en el medio ambiente social se les nota menos, o pueden
sacarle provecho), no es ociosa la pregunta sobre la supuesta necesidad
de localizarla objetivamente: ¿para qué? Y no es una pregunta retórica.
10/18/2011
El tamizaje sigue siendo «la mejor inversión» para afrontar el cáncer del cuello uterino
para prevenir el cáncer cervicouterino, el tamizaje sigue siendo
esencial. Débora Miranda informa sobre las opciones que tienen los
países en desarrollo.
Cuando Aisha, una adolescente de Uganda, fue vacunada contra
el virus del papiloma humano (VPH) en la escuela, sabía más acerca del
cáncer cervicouterino que sus condiscípulos. Y es que su madre había
muerto a causa de esta enfermedad, el segundo tumor maligno por su
frecuencia que aqueja a las mujeres de los países en desarrollo. La
madre de Aisha fue una entre el medio millón de mujeres que, según se
calcula, enferman de cáncer cervicouterino cada año; más de la mitad
mueren por esta causa.
Prácticamente la totalidad de los casos de cáncer
cervicouterino (99%) están vinculados con la infección por el VPH. La
mayoría de las personas sexualmente activas contraen esta infección en
algún momento de la vida. La infección suele resolverse espontáneamente
sin necesidad de tratamiento en cuestión de unos pocos meses y no causa
problemas perdurables. Sin embargo, la infección persistente (durante
más de 12 meses) por tipos del VIH de alto riesgo está ligada a un
riesgo mayor de cáncer.
por el VPH que causan cáncer salió al mercado en 2006. Desde entonces,
más de 120 países han autorizado su uso y 33 la han incorporado a
programas nacionales de vacunación dirigidos a chicas adolescentes como
Aisha.
Sin embargo, incluso en los países de ingresos altos un
programa de vacunación semejante no elimina la necesidad del tamizaje
porque las vacunas actuales solo protegen contra los tipos del VPH que
causan aproximadamente el 70% de los casos de cáncer cervicouterino. En
vista de que la mayoría de las personas se infectan con el VPH cuando
empiezan a tener relaciones sexuales, para lograr los mejores resultados
hay que vacunar a los jóvenes antes de que inicien la actividad sexual.
Lo cual nos lleva a plantear una pregunta: ¿deben los gobiernos invertir más en la vacunación o en el tamizaje?
El señor Claudio Politi, economista sanitario de la OMS, dice:
«Cuando los recursos son escasos, lo más difícil es determinar el punto
de equilibrio. Las estrategias de inversión dependen del precio de la
vacuna, la duración de la protección que confiere, la eficacia, el costo
del tamizaje y los recursos con que cuenta el país, como son los
profesionales capacitados y las opciones de tratamiento.»
En el mundo en desarrollo, el examen citológico de
Papanicolaou ha sido el método de tamizaje corriente por casi 50 años,
pero para efectuarlo hay que contar con servicios de laboratorio de
buena calidad y una infraestructura eficiente que permita el transporte
rápido de los frotis. «En los países en desarrollo no hay citólogos
suficientes», comenta la doctora Nathalie Broutet, funcionaria de la
OMS.
En muchos países africanos se ha optado por practicar la
inspección visual con ácido acético (IVAA), una prueba barata y sencilla
según la cual un agente sanitario aplica una solución diluida de ácido
acético (vinagre) al cuello uterino y lo examina para ver si el tejido
anormal se tiñe temporalmente de blanco.
Entre 2005 y 2009, la OMS y el Centro Internacional de
Investigaciones sobre el Cáncer participaron en la realización de
programas de prevención y control del cáncer cervicouterino a base de la
IVAA, seguida de la crioterapia cuando era posible, en seis países
africanos: Malawi, Madagascar, Nigeria, la República Unida de Tanzanía,
Uganda y Zambia. Hasta la fecha se han sometido a tamizaje más de 20 000
mujeres y actualmente la IVAA forma parte del tamizaje cervicouterino
en 17 programas nacionales o regionales.
La doctora Broutet, quien coordinó el proyecto, explica:
«Deberíamos empezar a ejecutar programas de prevención y control del
cáncer cervicouterino con lo que tenemos a mano, no es costoso y salva
vidas, como la IVAA. Una vez que se hayan implantado todos los
componentes del programa, este se podrá mejorar y será posible
considerar entonces la conveniencia de cambiar el método de tamizaje por
otros que arrojen mejores resultados y que, espero, pronto saldrán al
mercado.»
La ventaja de la IVAA es que el tamizado y tratamiento de las
mujeres se pueden hacer al mismo tiempo. Si se observan anomalías
(lesiones precancerosas) en el cuello uterino, se pueden tratar el mismo
día con crioterapia (destrucción de los tejidos mediante congelación).
La doctora Broutet agrega: «Es muy importante hacer el seguimiento de
las mujeres que dan positivo en el tamizaje. El método de la visita
única disminuye el riesgo de que la mujer se olvide o no pueda regresar
para el tratamiento, pues muchas de ellas viven lejos de los
establecimientos sanitarios. Sin embargo, no todos los centros
asistenciales cuentan con equipo de crioterapia; en tal caso, habrá que
realizar el seguimiento activo de estas mujeres para conseguir que se
beneficien del tratamiento.»
El cáncer cervicouterino es uno de los temas del orden del día
de la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre las
enfermedades no transmisibles en Nueva York. En uno de los documentos de
trabajo distribuido a los formuladores de políticas asistiendo a la
reunión se recomienda el tamizaje del cáncer cervicouterino mediante la
IVAA y el tratamiento de las lesiones precancerosas como la «mejor
inversión», pues se considera que representa una utilización muy
rentable del dinero destinado a la sanidad. En efecto, cuesta menos de
US$ 0,50 por persona cuando se aplica en los entornos de atención
primaria de los países de ingresos bajos y medianos. Las intervenciones
se consideran «muy rentables» si generan un año adicional de vida
saludable por un costo inferior al ingreso anual promedio por persona.
Sin embargo, el método de tamizaje del cáncer cervicouterino
puede llegar a cambiar debido a la obtención de un método más exacto que
consiste en una prueba de laboratorio para detectar el ADN del VPH en
las células del cuello uterino, la cual podría usarse además para buscar
lesiones. En 2006, la OMS recomendaba el uso de las pruebas de ADN del
VPH solamente en proyectos piloto. Teniendo en cuenta los nuevos datos
que respaldan las pruebas del VPH, estas recomendaciones se están
actualizando. El equipo de la doctora Broutet estudia la aplicación de
las pruebas del VPH en África utilizando una técnica ideada
específicamente para países de ingresos bajos.
Sin embargo, según el Grupo Especial de Servicios Preventivos
de los Estados Unidos (USPSTF), no hay datos científicos suficientes
para recomendar el uso de las pruebas de ADN del VPH como método
principal de tamizaje del cáncer cervicouterino, especialmente en las
mujeres más jóvenes, en quienes la prevalencia de infección por este
virus es muy alta y la prevalencia de cáncer cervicouterino es
relativamente baja. Agrega que puede reportar cierto beneficio para las
mujeres de 30 años o mayores, a fin de ayudar a detectar a las que deben
ser remitidas para la colposcopia o para el tamizaje a intervalos más
breves.
Los países de ingresos altos y bajos por igual sopesan
actualmente sus opciones para encontrar la mejor forma de hacer frente
al problema del cáncer cervicouterino con poco dinero. Muchos países en
desarrollo han podido ampliar los programas piloto con el fin de
disminuir el número de casos y defunciones por esta neoplasia. Como los
programas piloto suelen depender de vacunas y pruebas de tamizaje
donadas, el problema consistirá en obtener la financiación necesaria
para alcanzar la sostenibilidad.
El señor Politi está de acuerdo en que la sostenibilidad es
decisiva y agrega que, aunque está bien que los países acepten
donaciones bajo condiciones rigurosas para ejecutar los programas
durante unos pocos años, deben desarrollar gradualmente la capacidad de
elaborar y sostener sus propios programas nacionales.
Cabe esperar que con una combinación de vacunas, un buen
tamizaje y educación apropiada las jóvenes como Alisha tengan mejores
probabilidades de evitar el cáncer cervicouterino.
10/03/2011
El Artico registra su mayor agujero en la capa de ozono: informe
enorme agujero en la capa de ozono sobre el Artico localizado en 2011
fue el más grande registrado en el hemisferio norte, lo que despertó el
temor de que el evento pueda ocurrir de nuevo y a peor escala, dijeron
el lunes científicos en un informe.
La capa de ozono de la estratósfera actúa como un escudo gigante
contra los rayos ultravioleta del sol (UV), que pueden causar cáncer de
piel y cataratas.
Desde la década de 1980, los científicos han constatado la
existencia un agujero en la capa sobre la Antártida cada verano, en la
parte inferior del globo terrestre.
Algunos años, el agujero ha sido tan grande que cubría todo el
continente y se extendía a zonas de Sudamérica, aumentando las
preocupaciones de un aumento de cáncer de piel.
En momentos extremos, hasta el 70 por ciento de la capa de ozono puede ser destruida, antes de recuperarse meses más tarde.
Sobre el Artico también había un agujero pero era siempre mucho
más pequeño, hasta marzo de este año, cuando una combinación de fuertes
vientos e intenso frío en la atmósfera creó las condiciones adecuadas
para que químicos como el cloro, que destruyen el ozono, dañaran la
capa.
Los hallazgos, publicados el lunes en la revista Nature, muestran
que el agujero se abrió sobre el norte de Rusia, zonas de Groenlandia, y
Noruega, lo que significa que esas áreas probablemente hayan estado
expuestas a altos niveles de radiación ultravioleta.
"La destrucción química del ozono sobre el Artico a principios de
2011 fue, por primera vez en el registro de observaciones, comparable
con el agujero de la capa de ozono en la Antártida", dijeron científicos
liderados por Gloria Manney del Jet Propulsion Laboratory en
California, Estados Unidos.
SUSTANCIAS QUIMICAS ARTIFICIALES
Los científicos aseguran que productos químicos artificiales como los clorofluorocarbonos destruyen el ozono en la estratosfera.
La luz del sol rompe las sustancias químicas complejas en formas
más simples que reaccionan con el ozono. Aunque algunos productos
químicos forman parte de un tratado de Naciones Unidas cuyo objetivo es
detener su uso, pasarán décadas antes de que se termine completamente
con su producción.
Normalmente, las condiciones atmosféricas sobre el Artico no provocan una caída a gran escala de los niveles de ozono.
Pero en el invierno boreal de 2010-2011, un tipo de viento
llamado "vórtice polar" fue inusualmente fuerte, dando lugar a
condiciones muy frías en la estratósfera que también perduraron durante
varios meses.
Esto generó las condiciones perfectas para que las formas de
gases químicos que destrozan la capa redujeran los niveles de ozono
durante un largo periodo.
"La destrucción química del ozono en el vórtice polar ártico de
2011 alcanzó, por primera vez, un nivel claramente definible como un
agujero en la capa de ozono del Artico", dijeron los autores.
Los investigadores resaltaron el riesgo que había si el agujero ártico llegaba a ser un acontecimiento anual y se extiende.
"Una destrucción más intensa del ozono ártico podría agravar los
riesgos biológicos procedentes del incremento en exposición a la
radiación ultravioleta, especialmente si el vórtice se traslada a
latitudes medias con gran densidad de población, como lo hizo en abril
de 2011", escribieron.
(Reporte de David Fogarty; Traducido por Redacción de Madrid; Editado en español por Marion Giraldo)
© Thomson Reuters 2011 All rights reserved.
9/29/2011
Los prematuros estarán en "neo" con sus padres. La Capital. com
El decálogo del prematuro establecido por Unicef Argentina el año pasado lo establece en su punto número 9: "El recién nacido prematuro tiene derecho a ser acompañado por su familia todo el tiempo", una necesidad que fue históricamente vulnerada y que ahora se respeta en las maternidades públicas de Rosario, aliviando la angustia de los padres y facilitando la recuperación de los niños.
El anuncio fue realizado ayer por un equipo de profesionales de Salud Pública municipal, quienes esgrimieron con orgullo que "en todas las áreas de neonatología de los hospitales municipales y provinciales de la ciudad, los bebés que deben permanecer internados pueden estar acompañados por sus padres el tiempo que sea necesario". Antes, los padres sólo podían tener contacto con su hijo dos veces al día en horarios estipulados, algo que aún sucede en la mayoría de las instituciones del ámbito privado.
Vanesa Ríos, neonatóloga de los hospitales Roque Sáenz Peña y Centenario y una de las referentes de Unicef en Rosario, aseguró que "se le está garantizando a los papás el ingreso irrestricto a la sala para que puedan acompañar a sus hijos", y agregó: "Ya no somos más los dueños del bebé", dando cuentas del cambio de mentalidad que tuvieron que hacer los profesionales y asistentes de las áreas de neonatología para poner en marcha este nuevo modelo de atención.
El objetivo no demandó inversiones extra. Carlos Preis, neonatólogo del hospital Centenario, destacó que "se consiguió con conciencia y buena voluntad por parte de las autoridades de Salud, médicos y enfermeros".
Una investigación de Unicef realizada en Argentina, y que se dio a conocer en 2010, reveló que el derecho del niño hospitalizado a permanecer junto a su familia es uno de los más vulnerados en todas las neo del país. Por eso, este año, la Semana del Prematuro que se conmemora a partir de domingo está centrada en el cumplimiento de este aspecto, que los médicos califican como "indispensable" para una mejor recuperación de la criatura.
Necesario e indiscutible. Un bebé precisa del amor y los cuidados maternos desde su nacimiento, e incluso antes, para que pueda crecer física y emocionalmente de acuerdo a sus posibilidades. Sin embargo, las reglas históricamente impuestas por las instituciones médicas públicas y privadas de Argentina dictaminaron que un bebé nacido antes de tiempo o con un problema de salud es "mejor atendido" sin la "interferencia" permanente de sus padres.
Así, abundan las historias de niños internados — algunos durante meses— a los que se les permite el contacto con su mamá y papá durante pocas horas por jornada. Una exigencia que se choca con lo establecido en 1986 por el Parlamento europeo, que firmó la Declaración de los Derechos del Niño Hospitalizado y en la que se establece que "los niños en el hospital tienen el derecho de estar junto a sus padres o a un sustituto de los padres, todo el tiempo que permanezcan internados".
En Rosario se está trabajando desde hace años en maternidades seguras y centradas en la familia. Por eso se habilitó en las maternidades públicas la posibilidad de que las parturientas estén acompañadas durante el preparto y el parto, a lo que ahora se suma el ingreso irrestricto de la mamá y el papá en las salas de neonatología.
"Trabajamos mejor cuando los papás están presentes, cuando el bebé puede tener contacto directo con la piel de su madre; aún en chiquitos de alto riesgo siempre es posible encontrar el modo de que pueda sentir a su mamá cerca", enfatizó Alicia Vivas, enfermera del Hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria.
María de los Angeles Salazar, jefa de enfermeras de la maternidad del Roque Sáenz Peña, lo explicó de este modo: "Hasta en los procedimientos médicos invasivos, como puede ser colocar una vía para un suero, es más fácil hacerlo con la mamá cerca; porque las liberamos de los temores y fantasmas que existen sobre lo que le hacemos a su hijo. Y sobre todo, le damos a ese bebé, que está siendo sometido a un montón de prácticas que pueden ser dolorosas, lo que más necesita en el mundo: el contacto con su madre".
Las madres que pasan meses en la sala
Carolina Bussy, Mariana Gauna y Nancy Aranda son tres madres que tienen a sus hijos en neonatología del Centenario.
Nancy, de 32 años, le da la teta a “Pablito”, su cuarto hijo, que nació con 900 gramos y que ahora pesa 1,860 kilo. “Un día la doctora me dijo que el bebé necesitaba salir de mi panza, que estaba en riesgo por un problema de hipertensión que yo tenía. ¿En peligro? ¿pero si yo lo cuidé tanto, lo quise tanto, si no tenía que existir un lugar en el mundo mejor que mi panza? no lo podía creer”, relata con los ojos llenos de lágrimas.
“Cuando lo vi ... era tan chiquito y tuve tanto miedo, pero supe de su lucha, de sus ganas de vivir, y desde entonces no me separo de él”, dice y agradece a los médicos y enfermeras, que se convirtieron en sus afectos más cercanos.
Lo mismo siente Mariana Gauna, de apenas 20 años, que la pasó “horrible” cuando Gianella nació prematura con un kilo de peso. Ahora, con su pequeña hija en brazos dice sin dudarlo: “Cualquier sacrificio vale la pena”.
“El día que nació, mi bebé me entraba en la palma de la mano”
Treinta gramos pueden significar la diferencia entre la tristeza más profunda y la felicidad más plena. De esto saben bien las mamás que tienen o tuvieron a sus hijos internados en una sala de neonatología. Las que a diario aguardan con desesperación que el médico les diga que el bebé subió de peso, uno de los logros más ansiados en esos lugares donde el tiempo y el mundo se convierten en espera.
De esto puede hablar con detalles Carolina Bussy, quien desde hace cinco meses acompaña día y noche en la sala de neonatología del hospital Centenario a su hija Avril, quien nació con menos de medio kilo de peso.
“El día que nació me entraba en la palma de una mano”, recuerda la mujer que conoció la maternidad junto a uno de los peores dolores, ya que sólo una de sus mellizas sobrevivió a un parto prematuro, a menos de seis meses de gestación.
“Acá estás como en una burbuja”, relata Carolina mientras sostiene sobre su pecho a la bebé que en mayo acusó en la balanza 460 gramos y hoy ostenta 3,200 kilos. La “burbuja” es la sala de terapia intensiva de recién nacidos, más conocida como neo, en la que gracias a la posibilidad que ofrecen las maternidades públicas rosarinas puede estar todo el tiempo que quiera.
“Fue muy fuerte verla, tan frágil. En mi vida me había imaginado una criatura tan pequeña, pero desde el primer momento le hablo, le canto, le cuento cosas. Mi hija es una sobreviviente, una luchadora que ha pasado tanto ... ”, comenta Carolina y relata en detalle las operaciones que soportó Avril, con un léxico que mezcla la más estricta terminología médica con la dulzura de una madre dispuesta a todo.
Reconoce que no estaba preparada para esto y reflexiona: “Nadie lo está, nadie cree que las cosas pueden salir mal; una lleva adelante el embarazo con esa ilusión del bebé rozagante y sanito”. Pero los avatares suelen estar allí, dispuestos a mostrar que también hay costados amargos en las experiencias que deben ser felices, o empecinados en revelar la prepotencia de la vida, como en el caso de Avril.
“¿El primer cumpleaños? No, todavía no me lo imagino, no puedo, está demasiado lejos”, comenta Carolina, la mujer de la sonrisa franca, la que hace cinco meses vive en el Centenario, la que no duda en asegurar que la pelea “es día a día, hora a hora y hasta gramo a gramo”.