El jueves pasado, el cruce de la avenidas Callao y Rivadavia en la ciudad de Buenos Aires volvió a llenarse de banderas, carteles, folletos y más de 10.000 firmas de hombres y mujeres que reclaman que no haya “ni una muerta más por aborto clandestino”.
Demandan al Congreso la sanción de un proyecto de ley, que fue presentado hace un mes, y que si se sanciona, cambiará la situación de la salud sexual y reproductiva integralmente. Porque no es proyecto de parches. Es una propuesta global contra un problema gravísimo y evitable.
En la Argentina, se realizan aproximadamente medio millón de abortos por año en condiciones clandestinas e inseguras, según el grupo promotor Despenalización.org.ar. Como consecuencia de la clandestinidad, 80.000 mujeres acuden a los hospitales públicos para recibir atención médica por complicaciones de abortos. Muchas de ellas quedan con secuelas físicas y psicológicas y, alrededor de 100 pierden la vida en un año.
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