4/08/2009

es para creerle a quien?

La ministra de Salud, Graciela Ocaña, intentó ayer explicar en el Senado las políticas que llevó adelante el Gobierno para prevenir el brote de dengue que afecta a 19 provincias argentinas. La oposición no quedó satisfecha con los argumentos de la funcionaria. Apoyada en la protección que le brindó el kirchnerismo parlamentario, Ocaña se negó a responder si el país está o no frente a una epidemia de dengue. “Detenerse a discutir si se está frente a una epidemia o frente a un brote epidémico es una cuestión semántica, porque la situación es grave”, consideró en un intento por clausurar la discusión.
El senador jujeño Gerardo Morales afirmó que el reconocimiento de que el dengue es una epidemia es el paso necesario para decretar la “emergencia sanitaria nacional” y definir un plan con presupuesto propio que financie las medidas que las provincias tienen que llevar adelante para evitar la propagación de la enfermedad.
En diálogo con este diario, Morales aseguró que su bancada “insistirá la semana que viene en el recinto para que se declare la emergencia sanitaria nacional”. El jujeño repasó los dichos de Ocaña y subrayó que “la ministra gastó un millón de pesos en lo que va de este año en campañas para prevenir el dengue”. “En el mismo período, el gobierno nacional gastó 40 millones de pesos por mes en publicidad. Alguien tiene otras prioridades, por lo visto”, evaluó.
El titular de la UCR no ocultó su confusión ante la conducta de los oficialistas. No dudó en decir: “No se cuál es la estrategia del Gobierno”. Morales consideró que “los recursos que se gastan en publicidad tendrían que alimentar una campaña masiva en todo el país”. Aunque hay denuncias de dengue en 19 de las 24 provincias argentinas, la oposición no dijo aún que detrás de la negativa del oficialismo puede esconderse una especulación electoral.
Cuando Morales le preguntó a Ocaña si el dengue es una epidemia, la titular de la Comisión de Salud, la cordobesa Haydeé Giri, tomó el micrófono, levantó su mano y le dijo a la ministra que no respondiera, porque ése era un tema que debatirían a continuación. “La Hormiguita”, como la había bautizado Elisa Carrió cuando integraba la Comisión de Lavado en el año 2000, admitió que el dengue vino para quedarse. Siguiendo con la costumbre de atacar al periodismo que impuso el matrimonio presidencial, la titular de la Comisión de Salud se atajó: “Espero que mañana los titulares no digan que la ministra dijo que había una epidemia”.
Antes de comenzar a proyectar cuadros y estadísticas con los cuales apoyó su exposición, Ocaña habló durante casi dos horas frente a nueve senadores entre los cuales los del Frente para la Victoria eran clara mayoría. El oficialismo manejó la audiencia a discreción y presentó un proyecto firmado al final de la reunión de comisión. En ese texto, los K reconocen “el alerta epidemiológico en las provincias de Chaco, Catamarca, Salta, Jujuy y Misiones” y propician que en ellas se declare la emergencia sanitaria. Una medida acotada que se da de patadas con el cuadro que había esbozado la ministra.
Además de admitir que la situación es grave, Ocaña subrayó que discutir las cifras reales de afectados es perder el tiempo. “Los senadores me conocen, saben que no he hecho de la mentira mi forma de hacer política”, destacó la ministra. La frase rechazaba el “estilo INDEC”, la manera utilizada por el kirchnerismo para manipular las cifras oficiales.
La contradicción entre Ocaña y el núcleo duro del kirchnerismo fue evidente, tanto que la oposición, a pesar de sus críticas, fue contemplativa con la exposición de la ministra. Fue la radical catamarqueña Marita Colombo la que reconoció que la oposición no hizo de este tema “una lucha política porque la personalidad de la ministra tuvo mucho que ver” para que ello no suceda.
En un pasaje de su intervención, Ocaña dijo que desde hace un año viene trabajando en la prevención del dengue, algo que los resultados no pueden ratificar. Para apoyar su afirmación, entregó una copia de un plan propuesto por la Organización Panamericana de Salud en 2007. A pesar de que la oposición quiso conocer cuánto se había implementado de ese proyecto, Ocaña no respondió. Los radicales, únicos miembros de la oposición, tendrán que leer el informe para sacar sus propias conclusiones.
Si bien el kirchnerismo guardó las formas y en parte cuidó a la ministra, a los oficialistas se los veía más preocupados en evitar declaraciones fuertes que pudieran dañar la imagen del Gobierno. De hecho, el titular de la bancada K, Miguel Ángel Pichetto, que suele acompañar a los funcionarios no bien llegan al cuerpo, en esta ocasión apareció luego de varias horas de debate.


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