5/19/2007

los profesionales somos "dueños" de la vida de la gente?

Una historia mas de complicidad entre funcionariosque "se lavan las manos" especulando con calculos politicos y profesionales (en este caso médicos, pero podrían ser psicologos, jueces o trabajadores sociales) que creen que saben mas que las personas los que les conviene o se debe hacer. Cual es el papel del estado en esto?, los funcionarios... son" el Estado?... quién cuida de la gente?

La Capital ::: on line

Falleció la joven santafesina a quien le negaron un aborto terapéutico
Santa Fe.— La muerte de Ana Acevedo, una joven de 20 años embarazada y que falleció víctima de una enfermedad terminal, desató un crisis en la salud de Santa Fe que derivó en el pedido de renuncia a Andrés Ellena, director del Hospital Iturraspe donde estaba internada.
   La duda es si la muerte no se precipitó a partir de la negativa de acceder a su pedido de aborto terapéutico, a lo que las autoridades del hospital se negaron. A los cinco meses nació su hija, por medio de una cesárea, pero falleció 24 horas después. El tiempo transcurrido entre el pedido y la gestación fallida impidió que se llevara a cabo correctamente el tratamiento de la enfermedad de la joven.
   La delegada en la provincia del Inadi, Estela Vallejos, sostuvo que el titular del Hospital Iturraspe, Andrés Ellena, debe alejarse del cargo, pidió su renuncia y sostuvo que “ Ellena miente, ya que se debería haber hecho el aborto sin necesidad de pedirlo. Ciertos funcionarios se creen dueños de la vida”.
   Por su parte ,la diputada socialista Lucrecia Aranda afirmó a La Capital que “no tendría que estar un día más en el cargo”. La legisladora días atrás pidió la interpelación de la ministra de Salud, Silvia Simoncini, porque se trataba de un claro caso de desatención del Estado.
Lo público. El caso de Ana María Acevedo cobró notoriedad al negársele un aborto terapéutico, aunque luego los médicos se percataron de la incompatibilidad sanguínea de la línea materna con el feto y practicaron una cesárea.
   La muerte de esta joven de 20 años, madre de tres hijos, multiplicó las criticas de distintos sectores, como en el caso de la Multisectorial de Mujeres que realizó una manifestación de protesta frente al Iturraspe, al mismo tiempo que el abogado de la familia. Ulriche Lehmann, anticipó que accionará contra el Estado.
    Tanto el letrado como la familia sostienen que, de haberse interrumpido el embarazo, Acevedo estaría en tratamientos de quimioterapia. Ayer el titular del Iturraspe, Andrés Ellena, anticipó a la Multisectorial que se ha iniciado un sumario interno en el hospital para deslindar responsabilidades.
   El coordinador del Centro de Atención a la Victima, José Luis Zampo, precisó que al tomar contacto con el doctor Ellena éste le manifestó que no estaba previsto un aborto sino que esperarían 24 semanas de gestación y lo derivó al jefe de Oncología, quien reconoció la gravedad del tipo de cáncer que padecía, pero al mismo tiempo le afirmó que esa espera podría cumplirse.


Muerte anunciada. “Se supo que iba a morir desde que le negaron el tratamiento”, sentenció el abogado Lehmann, afirmando que en este caso se decidió “unilateralmente continuar con el embarazo y no atender el pedido de la madre que en su momento solicitó a los médicos que le practiquen el aborto. Directamente se decidió continuar con el embarazo y no se la consultó a la madre, impidiéndole de esta manera el derecho al tratamiento”, dijo el abogado.
    A Ana María Acevedo le detectaron la enfermedad en noviembre pasado y cuatro meses después cuando debía comenzar el tratamiento con quimioterapia los análisis revelaron su embarazo. Su padre, Aroldo Acevedo, sostuvo que a los 15 días de conocerse el embarazo pidió el aborto de su hija para intentar por todos los medios salvarle la vida, pero este continuó y al quinto mes la beba nació con 450 gramos y falleció.
en CLARIN de hoy
Ana María Acevedo tenía 20 años. Era mamá de tres chicos. Vivía con ellos y sus padres en el norte de Santa Fe. En diciembre viajó a la capital santafesina para curar un cáncer de mandíbula. Pero estaba embarazada de tres semanas y los médicos del Hospital Iturraspe, pese al pedido de la familia y a que la ley lo permite cuando está en riesgo la vida de la madre, no quisieron interrumpir la gestación para practicarle el tratamiento oncológico que la podía salvar. El miércoles pasado nació su beba. Ana María Acevedo y su hija murieron con pocas horas de diferencia.
El caso provoca indignación, repudio y polémica en Santa Fe. El viernes un gran grupo de mujeres —muchas integrantes de la Multisectorial— marchó hasta el hospital y escracharon a las autoridades y a los médicos que atendieron a Acevedo. Repudiaron el avasallamiento de los derechos a la salud y a la vida: "Ana María —sostuvieron— sufrió discriminación por ser analfabeta y poseer escasos recursos materiales para exigir la atención médica adecuada".
La chica estuvo internada en Santa Fe más de cuatro meses. "Mi hija está muy mal, ya no habla. Los médicos me dicen que hay que esperar, que están buscando las drogas para hacerle la quimioterapia", había dicho Norma Cuevas, la mamá de Ana María, el miércoles después de que muriera la beba que nació al quinto mes de gestación. "Los médicos mataron a mi nieta y van a terminar matando a mi hija", dijo el jueves. Y su peor pronóstico se cumplió: Ana María murió a las pocas horas.
En el Hospital Iturraspe funciona un Comité de Bioética que concluyó que el embarazo debía proseguir. Los médicos siguieron lo aconsejado por el organismo asesor. El pedido de interrupción del embarazo estaba amparado en lo que marca la ley: el artículo 86 del Código Penal dice que no será punible el aborto practicado a una mujer cuando corriera riesgo la salud o la vida de la madre.
"Los médicos nos dijeron que no podían realizar el aborto —contó a Clarín la madre de Ana María—. Les dije que iba a hablar con los jueces, pero me dijeron que no vaya a hablar ni con los jueces ni con los medios".
El director del hospital, Andrés Ellena, habría dicho que no era un caso de aborto terapéutico y que, en caso de haberlo sido, el hospital hubiese necesitado la autorización de un juez para practicarlo. Algo que no es necesario, explicaron abogados consultados por Clarín, ya que se encuadra dentro de lo que permite la ley.
Los meses pasaban y surgieron más problemas. Entre la madre y su beba había incompatibilidad sanguínea. El jueves pasado le practicaron una cesárea. La beba nació. Pesaba 450 gramos y murió horas más tarde. Su mamá apenas la sobrevivió.




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