5/26/2008

salud sexual

Poco importan las consecuencias, lo que interesa es no hacer papelones.
Ser o parecer un experto en la cama es la prioridad de los jóvenes
argentinos. Recién después del placer —supuestamente— asegurado, su
cabeza se ocupa del futuro y la salud. Según una encuesta
internacional, a la hora de tener sexo, los argentinos de entre 16 y 24
años están más pendientes del rendimiento que de prevenir el sida o
evitar un embarazo.

La
cotidianidad de lo sexual, potenciada por la proliferación de la
pornografía en Internet y la TV cargada de erotismo sin codificar,
parece haber influido en un pensamiento más bien frívolo sobre el sexo
por parte de los adolescentes. De acuerdo con una investigación hecha
por el canal de música MTV Latinoamérica entre 24.000 jóvenes de 20
países, en la Argentina el 68% de la franja de edad mencionada piensa fundamentalmente en el rendimiento sexual.
Para ellos es lo más importante, bastante por encima de no contraer HIV
(57%). Y mucho más lejos de las preocupaciones adolescentes al borde de
la cama está la idea del embarazo no deseado (38%).

Los
expertos locales en sexualidad dan fe de que los resultados del
relevamiento, que también indagó sobre los modos de pensar de los
jóvenes (ver Para esta...) se experimentan a diario en
cualquier consultorio. Y encuentran una combinación que parece letal
pero que explica por qué los chicos tienen las prioridades cambiadas: la falta de educación contrapuesta con el sobreestímulo social y mediático.

"La
TV, las revistas, los medios, generan una hípersexualidad que les quita
importancia a las personas que participan del acto sexual. Estamos
inundados por el estímulo erótico, lo estético está por encima de todo
lo demás. Pero todo eso se suma a la falta de educación. No saben que a
partir del coito podés quedar embarazado o contraer HIV", reflexiona
Gustavo Rodríguez Baigorri, médico urólogo y sexólogo del Hospital
Tornú. "La preocupación por el rendimiento está ligada a la falsa idea de que el preservativo puede atentar contra el buen desempeño.
Los pibes lo piensan y eso es lo que lo convierte en una real
afectación. Entonces, prefieren obviar cualquier otra preocupación y
llegan a hacer cosas muy riesgosas porque no saben", coincide la
psicóloga y sexóloga Adriana Arias.

No obstante, lo que es
prioritario para los argentinos, no lo es para los jóvenes de otros
países de la región. En Brasil, el 75% dice que su mayor preocupación
es no ser contagiados de sida. En México, a la hora de tener sexo, el
70% piensa en que la relación no termine en un embarazo no deseado. "En
Brasil comprar un preservativo ya no es tabú. Ellos están muy
preocupados por cuidarse", explica Carlos García, director del
Departamento de Investigación de Mercado de MTV Networks Latinoamérica.
"A los chicos de nuestro país, el embarazo les preocupa más que el
sida. Acá no tenemos realmente incorporada la idea de lo peligroso de
la enfermedad, sigue siendo ''algo que le pasa a otros'', que
relacionan a los homosexuales. Hay una ignorancia absoluta en los más chicos", cuestiona Arias.

En
Argentina, el 27% de los encuestados admite ser virgen, a diferencia de
lo que ocurre en Estados Unidos, donde la mayoría no tuvo relaciones
sexuales antes de los 24 (72%). Eso tal vez explique la fanfarronería: el 70% de los argentinos de esa edad se considera bueno en la cama.

Arias
y Rodríguez Baigorri coinciden en la influencia de los medios. "Los
pibes tienen una sobreestimulación nefasta", critica Arias. La
encuesta, de hecho, refleja que los chicos consumen pornografía como ninguna generación anterior en la historia. "Por curiosidad o calentura,
el 40% visita sitios porno", detalla García. Eso, opinan los médicos,
es divertido, pero no aporta conocimiento. Para Rodríguez Baigorri el
problema es tan sencillo como profundo. "Los chicos de hoy tienen la
misma ignorancia que hace 20 años, sólo que se derribaron tabúes. Creció el estímulo, pero no el cuidado.
Los argentinos tendemos a consumir la cosa frívola. En México y Brasil
tienen más y mejor educación sexual. Esa es la diferencia".

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